8/3/10

La Presidenta sexy


"En el día internacional de la Mujer", el mejor Homenaje.

Por Juan Carlos Volnovich, las 12

En el momento de jurar como Presidenta de los argentinos, Cristina anticipó que, seguramente, a ella le iba a resultar más trabajosa su función por el hecho de ser mujer. No pudo avizorar, entonces, hasta qué punto la presidencia iba a convertirse en una misión imposible. No sólo por su condición de mujer. No por victimizarse detrás de una identidad devaluada, sino por ser mujer a su manera. Mujer sin atenuantes que ejerce sin atenuantes el Poder. Hay en eso algo más que una cuestión de estilo. “Mujer sexy en el máximo poder de la Nación” es un problema de estructura. Y tal pareciera ser que esa característica despierta un plus de odio. Se vuelve insoportable. De modo tal que esa ira visceral no se explica sólo como reacción a una política equivocada o respuesta indignada por la desilusión o la defraudación, no se agota en las razones. Lo insoportable se funda en la evidencia de una mujer sexuada que ejerce el Poder sin disimulo: que no apela a los estereotipos maternales que pudieran dulcificar su gestión. En ella, ese amor hacia los hijos no se vuelve virtud pública. Cristina renuncia a una abnegación que bien pudiera aligerarla y, así, toma distancia de un modelo Bachelet o de un modelo Angela Merkel, tan protectoras, ellas; tan maternales, tan trajecito sastre, tan antídoto contra la lujuria. Lejos de instalarse en el camino de una reina madre, de una reina virgen, elude ese otro prejuicio patriarcal que supone a las mujeres tontas pero sabias para la intriga y, sobre todo, expertas en el usufructo vicario del poder masculino. No es una Isabelita, ni tampoco una Evita, gorrión del General, que vive sólo para él y por él y que, llegado el caso, renuncia a los honores pero no a su puesto de lucha.

Cristina no es una Hillary Clinton frustrada en el momento de dar el gran salto. Tampoco, una Margaret Thatcher o una Golda Meier virilizadas por la función y administrando el poder de la misma manera que pudiera hacerlo un hombre.

Cristina es una mujer sexualmente atractiva, que tiene hijos y tiene marido. (No un príncipe consorte ni un padrino protector). Y, además, ejerce el Poder Supremo de la Nación y no elude, no seduce, no apela a las “malas artes” femeninas, no se refugia detrás de los varones poderosos y, para colmo, levanta el dedo como Lenin. Ella ejerce el poder y nos hace saber en cada momento quién es la que manda mientras genera como respuesta ese interrogante airado de “¿Pero... quién se cree que es?” Y no se trata de una creencia ni de un problema ontológico. Ella no es pero sabe muy bien que está en el ejercicio de la Presidencia de la Nación y... nos lo recuerda.

De modo tal que no son los enemigos los que cuentan. Después de todo ¿qué político no tiene enemigos, adversarios, contrincantes? Pero esa ira irracional que le hace perder la compostura a la gente “bien”, ese exceso de indignación, ese “no me la banco”, “no la soporto”, “la detesto”, viene de otra parte. Ese plus de odio habita en aquellos que se sienten agraviados, testigos involuntarios de valores mancillados. Son las consecuencias, inevitables, de una estructura patriarcal resentida en sus cimientos cuando una mujer sexy, no madre, no puta, no macho, nada tonta, se ubica en la punta de una pirámide jerárquica.

6 comentarios:

Udi dijo...

¡Qué buena explicación para ese odio irracional, visceral que destila nuestra estreñida clase media !
Más allá de compartir o disentir en cuanto a "políticas", el odio parte de ahi, seguro. ¡Qué bueno, realmente, el artículo!
Gracias por traerlo !
Un Abrazo

argentinolibre@hotmail.com dijo...

Pobre la Gorda, pobre la Piba y pobre la novia de Chuky. El espejo mágico ya no les quiere mentir.

Anónimo dijo...

Excelentemente explicado!!!!, y si bien la reacción de los varones no se hace esperar, la de las mujeres defensoras de la ideología patriarcal, resulta de lo más ácida y repulsiva.

Saludos

Héctor Beck dijo...

Mujer Prescindente Pasada De Bótox.

Gonzalo Agustin Sueiro dijo...

la verdad que yo esta escribiendo algo de esto y cuando me encontre con la nota en el página, preferí copiarlo y borrar el mío.

saludos

Héctor que ingenioso, la verdad te mataste che, tomate una semanita de descanso por haber pensado tanto.

Ester Lina dijo...

Ese texto es muy bueno. En un programa de radio Continental, lo leyeren, para analizar ciertas características de mujeres en alusión a su día. Lo notable es que llamaron numerosos oyentes, criticando lo que se dijo. Bah! Se lo endilgaron a la locutora... cuando en realidad era una lectura que tenía autor: Volnovich. Finalmente, concluyeron que ese odio visceral es depositado en la Presidenta, y otras veces en la política, que es la más fácil, ya que están seguros que no le van a refutar...
Saludos

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