29/4/11

Vientos de Cambios


Que lástima, ahora no sólo quedamos en las manos despiadadas de la "Barringol", sino que se fomenta el Bi-Partidismo: Solanas por un lado y Lozano por el otro.

28/4/11

Se zarpan en boludos


Algunos no sólo pierden el norte sino que dicen cualquiera. Se reunieron un grupete de "gerontelecuales" desorientados, capaces de "cuestionar el poder" desde El Museo Roca ( en honor al genocida). ¿Alguién seriamente puede "hablar", entendiéndolo en términos lacanianos (¿te gusta Abraham?) desde el progresismo, sentado en el Museo Gral Julio Argentino Roca?

Pienso, ¿para quiénes escriben estos tipos? Hablan de instituciones democráticas desde las páginas de Clarín, La Nación y Perfil, como si esos medios fuesen el reservorio de la democracia.

Se puede estár en contra del gobierno nacional por muchas razones, pero esgrimir los paupérrimos argumentos de esta gente, difrazados dentro de teorías literarias y semiológicas, como si manejasen el lenguaje de la verdad, da vergüenza ajena. Sobre todo por el lugar desde el que enuncian.
Es mucho más lisito, decir que su pensamiento liberal les impide pensar el poder en términos que no sean elitistas. Aunque de pena, es mejor decir, como lo hizo Fernando Solanas, que es imposible la victoria porque quién vota no está capacidado, antes que andar citando a Deleuze, Derrida y toda la caterva de franchutes!

Tomás Abraham : “No soy neutral respecto del tema. Yo estoy en contra de este Gobierno”, advirtió y reconoció que el kirchnerismo tiene una identidad, que nace del Poder y necesita los recursos del Poder. Es una identidad no cultural sino política y volátil, sin instituciones sólidas, un fenómeno “de la intemperie”, sin estructura de sucesión, obligado a crecer, a expandirse, a cooptar, a agredir, paranoico por debilidad: “la vida del kircherismo es líquida.

Muerto Sai Baba, nace el gurú Abraham. Todo bien con Tomás, pero seguí escribiendo para Perfil, chango!

Solanas, ¿y la minería?


Solanas se bajó de las presidenciales, y ahora quedaremos en manos de la "Barringol", ya que en la ciudad no hay minas. De las otras, se entiende!


¿Si los porteños no eligen a Fernando Solanas en Julio, será porque el voto capitalino también es de baja calidad?

27/4/11

Acá Estamos Compañero!


Seguimos en pie, compañero. Eternamente agradecidos.

Si San Martín fue el libertador de los andes, si Rosas, el restaurador de las leyes, y si Perón, el primer trabajador; Néstor Kirchner fue el hacedor de la esperanza!


Siempre vivo en la memoria de su pueblo!

26/4/11

El Peronismo Federal anda gateando


No lo digo yo, lo dijo el Doctor Mariano Grondona, que no es respetado en este blog, pero sí, en el Peronismo Federal.

Ojo, con los gatos que sólo venden libros, no votos. Sino pregúntenle a Martín...

24/4/11

Ayer se me fue un amigo


Ayer se me fue un amigo. Se llamaba Francisco "Pancho" Larrarte y tenía 92 casi 93 años.
Fue bailarín del Colón, pianista, profesor de zapateo americano, coréografo, actor en cine y publicidad, pintor, egresado de la escuela superior de bellas artes Ernesto de la Cárcova, melómano, interprete de japonés y albañil; le gustaban las películas musicales, el jazz, Belá Bartok, Brahms y Sibelius con locura. Lector de Kitano Nishida. Taoista, Cristiano, Ateo, Budista, pero un hombre que creía en el milagro siempre, y según el día, en alguna teoría religiosa o en ninguna. Amaba la vida por sobre todas las cosas.

Ayer dijo basta y se fue. No se murió, porque para él eso era imposible. Siempre me decía que le gustaría seguir viviendo. La vida le parecía corta, por eso se la gastó toda y no dejó ni un poquito así. Se fue como le gustaba, sin nada. Para ser, también hay que aprender a no ser. Jamás le puso llave a la puerta, su casa siempre estaba abierta, aun cuando no estaba.

Se va y no siento el espacio vacío, al contrario, me lleno de recuerdos, de cariño. De asados interminables hasta las cinco de la mañana, de mates de leche bajo el cedro que traspasaba las nubes pero él que medía un metro sesenta le cortó la punta; de la música, de sus flores de Loto, de su amistad.

Anoche pensaba, mientras tomaba un mate, al lado del fuego bajo el rocío de la noche: ¿y si resucita?. Pancho es capaz. Él sabía que el tiempo se achicaba en su reloj y no quería irse. Creo que se fue porque ya no se sentía con fuerzas para caminar, para agarrar un pala, para cocinarse solo, para hacer lo que siempre hizo. Creo que se fue porque era lo último que podía tolerar. Le prohibieron el cigarrillo y se lo bancó, le prohibieron el vino y se lo bancó, le sacaron la sal, el azucar, las carnes rojas y siguió por un amanecer más. Cuando la vida amagó con doblarlo, le encontró el límite. "Pare la mano tayador" y se plantó.
Amaba la vida pero también su dignidad, y sabía que si no podía bastarse a sí mismo, ya no era lo mismo.

Y se fue un sábado veintitres de abril de dos mil once. Había nacido el veintinueve de mayo de mil novecientos dieciocho, se llamaba Francisco Larrate, vivía en Paso del Rey y los amigos le decíamos Pancho.

10/4/11

Bellísimo texto. Un homenaje cargado de poesía.

UNA

Por María Moreno

El 14 de octubre de 2010 murió Adelaida Gigli, aquella intelectual de Contorno, a la que Beba Piglia llama la mayor trágica de su época, de la que Ismael Viñas dice que arrojaba frases arriesgadas como si fueran bombas, en cuyo mal de Alzheimer León Rozitchner leyó no la falta de memoria sino un ir al fondo último de sí misma. Basta ojear la recopilación de Contorno para comprobar las piezas maestras y escuetas de un estilo que se advertía como al sesgo del corazón apolíneo de la revista aun antes de leer la firma.

Dicha por otros como la más radical o prueba encarnada del proyecto, como suele decirse de las excepciones femeninas de toda coalición viril, vivió y murió en Recanati, Italia, adonde recaló finalmente luego de la desaparición de sus hijos, María Adelaida y Lorenzo Ismael, durante el gobierno militar de 1976/1983. Allí, mientras custodiaba esas ausencias terribles, amasó, palpó, horneó –se hizo ceramista notable–, dio forma a todo lo que no era ellos: cántaros, rostros, animales. En 2006, la editorial Alción publicó Paralelas y solitarias, su obra escrita módica, sin familia, un testimonio que se desea a sí mismo hermético, que hace incluso caer la palabra “testimonio” pero que tranquiliza por su formato aparente: cuentos. Durante la presentación, León Rozitchner dijo: “Los cuentos de Adelaida no son literatura: son testimonio. Pero me equivoco: tampoco es testimonio, porque testimonio es decirles a los otros y decirse a sí misma lo que han hecho para denunciar el crimen, para que no sea olvidado y se haga justicia. Pero no es eso lo que me parece que ha hecho Adelaida con eso incomprensible que nadie puede figurarse, porque sólo la experiencia inenarrable de perder a sus dos hijos asesinados lo produce, y ese es un descalabro que lo trasmuta todo, que transforma el mundo, que abre espacios y sensaciones y sentimientos insospechados, por lo que ese dolor tiene de irreductible en cada uno, pese a que por lo menos 30.000 personas lo hayan padecido al perder a alguien. ¿Cómo aprehender ese dolor en lo que tiene de único para cada uno?”.

Adelaida no decía “todos los desaparecidos son mis hijos”. La ausencia de Lorenzo Ismael y María Adelaida hace astillas el símbolo, descree de la ley, no hay memoria que se transmita “de memoria” y de generación en generación, no se inscribe en la historia sino que se lleva en la carne hasta el propio fin; como si Adelaida no quisiera nada de la lengua en que se dio la orden de secuestro, se administró la tortura, se renovó la injuria sobre los cuerpos supliciados y se planeó el “traslado” seguido de muerte.

Dice Adelaida de uno de sus personajes: “A Julia sus muertos no la perturbaban, cada uno de ellos seguía girando su vida y ella los seguía sosteniendo. Los llevaba a cuestas y sentía sus codazos (...) Las cosas dejadas por sus muertos (ombligos fosilizados) a los cuales había amado y por los cuales había sido amada, las llevaba encima, para nada encerradas en escapularios, las llevaba dentro de su cuerpo, entreveradas en su rodete, sostenidas en sus dobladillos”.

No es que Adelaida no haya buscado a sus hijos, sólo que para ella palabras como “castigo a los culpables”, “aparición con vida”, lo sugiere Rozitchner, son limitadas, puesto que quiere una separación radical del mundo en donde ellos faltan, de cualquiera de sus condiciones. En el final del cuento Una hay una frase inquietante: “Ningún torturador tendrá mi boca”. Y dijo Rozitchner: “Leídos sus cuentos por nosotros, como si hubieran sido escritos para ser leídos por otros que no eran ella, nos van dando cuenta de las zozobras y los enfrentamientos, las desdichas y los desencuentros, la soledad en fin aun en el abrazo compartido de una mujer a través de los momentos fulgurantes o anodinos de sus relaciones, sus impulsos, etc... Todo se ha metamorfoseado, pero sigue siendo mujer-madre para expresar aun en esta ocasión la permanencia femenina de un cuerpo de mujer sintiente, que sigue verificando allí el sentido de lo que nunca será hollado: lo que el asesino se pierde. El asesino pierde a la mujer entera, nunca podrá ya ser amado por nadie, le dice Adelaida. Nunca podrá ser amado por una mujer entera, no tendrá nunca una boca como la suya. Y con ello, creo, expresa el más profundo desprecio pero al mismo tiempo la más íntima degradación y fracaso del asesino. Es como si hubiera querido ir, a partir de ese instante en que su vida de mujer-madre se ha quebrado, a ponerse en juego nuevamente como mujer, y reconocer la metamorfosis que ese nuevo modo de ser ha producido en su vida. Y descubre que ya no habrá boca de ningún hombre que la suya pueda besar: las bocas de los hombres son para siempre bocas de torturadores”.

Si la lengua toda se transformó en la del extermino de sus hijos, por eso había que irse de su territorio, los hombres serán uno: el torturador. Darse al sexo era para Adelaida enrostrar su reserva de sí, aquello no alcanzable por el enemigo (antes de solía hacer fiestas en donde la performance política hacía bailar militantes del Frente de Liberación Sexual con montoneros venidos de una acción, bailes de disfraz en que ella elegía la desnudez, no la de un cuerpo soberano en su sensualidad sino la de uno ya afectado por la maternidad y el tiempo, la propia piel como disfraz, la identidad como aquello a lo que se accedería en carne viva como lo que fue su vida después de...) Pero la frase enigmática “Ningún torturador tendrá mi boca” deja resonancias definitivas. Se dice que las putas niegan la boca, que se reservan esa región de su carne para el amor, que aun públicas no entregan. Adelaida copió esa reserva y la hizo suya aunque o porque su cuerpo llevaba la carga de sus muertos.

El 10 de marzo de 2011 murió David Viñas, el padre de Lorenzo Ismael y María Adelaida. Cuántos que vivieron una pasión y se separan siguen vueltos a distancia hacia el otro, a través de una telepatía de enfrentamiento que sigue siendo amor de otra manera o de culposa veneración por más que rehúya la prueba del reencuentro y en donde la muerte de uno hace vencer la prórroga de la vida del otro. Quién sabe si David Viñas no comenzó a irse en ese octubre, cuando ya no existía en un lugar de este mundo la entraña de la que nacieron Lorenzo Ismael y María Adelaida. Si fue en ese mes en donde habrá comenzado a vencer su gran cansancio hasta hacerle doblar el cuerpo, ese que solía confundir en sus relatos con el de Patria hasta murmurar en su lecho de muerte “Caseros”, como si en esa palabra se condensara una confesión personal.

Quién sabe si no fue voluntad de Adelaida, ese silencio en torno de su muerte, el de una lengua culpable.

Y este homenaje sea un sacrilegio entre ateos.

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