Algo que la oposición no puede reclamarle al gobierno de CFK es el funcionamiento institucional. Hemos asistido y seguiremos asistiendo a los debates en el congreso. Éste como nunca, desde la recuperación de la democracia, viene trabajando, y fue puesto en marcha por el gobierno actual.
Ayer Moyano, pidió una salida política ante el fallo de la CSJ, que resolvió favorecer la libertad de agremiación. Para muchos esto abre una pelea por la personería jurídica de la CTA, la cual permitiría la creación de varias centrales obreras. Pero el fallo esta centrado en la disputa gremial entre el Personal Civil de las Fuerzas Armadas y ATE, el cual declara inconstitucional el inciso a) del artículo 41 de la ley 23.551.
Sin embargo, el pedido del empresario camionero y secretario general de la CGT, parece lógico. La salida siempre es política, mal que le pese a muchos que pugnan por ocultar intereses e ideologías.
Ahora es tiempo que el poder legislativo resuelva el conflicto con una ley clara y un debate profundo.
¿Es necesario el debate sobre el sindicalismo y la democratización del sistema de agremiación? Si.
Abrir estas puertas puede hacer que algunos pretendan utilizarlo como tobogán para que intentar, una vez más, “desgastar” todo proyecto de profundización democrática, pero la discusión hay que darla. Basta recordar la CGT menemista, con Daer a la cabeza.
Y la solución será política, porque la CTA tendrá que presentar su proyecto, discutirlo y “consensuarlo” con la CGT, para que el gastronómico Azul y Blanco, no se mande por la ventana. Entonces el congreso, deberá promulgar una Ley que pueda democratizar el sistema sindical. En última instancia, si tendremos una, dos o tres centrales obreras lo determinará el poder de movilización, afiliación, y convocatoria de cada una de ellas. Y también, para que este tipo de situaciones no las termine resolviendo la derecha, es necesario que la discusión empiece y se resuelva dentro de un marco, que no son los años neoliberales.
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