Ayer escuchabamos a Florencia Peña hablar sobre el ninguneo que recibe de los grandes medios. Para alguien que vive de la actuación, pero también de su imagen, haber expuesto su voz y opinión, le trajo problemas en el medio en que trabaja. Pero esto también le sucede a los trabajadores, aun más anónimos y ninguneados que Florencia, cuando toman participación en la lucha por reivindicaciones laborales. ¿Cuántos trabajadores perdieron su trabajo por reclamar lo que es justo?
Si bien con estas palabras no estamos justificando el vacío que el medio realiza con la actriz, queremos solidarizarnos con esta situación pero como lo haríamos con cualquier trabajador que rebice este tipo de trato a diario, por decir lo que piensa. Los trabajadores de los medios de Vila-Manzano-De Narvaez lo saben; lo mismo quienes trabajan en el grupo Clarín, y todos los trabajadores que reciben presiones, aprietes, forreos, presecusiones, por opinar, por levantar su voz y reclamar lo que es justo.
3 comentarios:
No, no es que no le den prensa por ser oficialista. No le dan prensa porque es de madera.
Si en TELEFE ya fracasó con Hechizada, Una de dos, Flor de palabra, y en Botineras la mataron, nadie le va a dar laburo a esta yeta. Entonces tiene que hacer esta huevada para ganar prensa.
Seguí mamando ex pechocha
tenés razón León, por eso todavía siguen repitiendo casados con hijos, la niñera... qué raro que la Hoz y el martillo no te permita solidarizarte con una laburante, sea de madera o de carne.
saludos
mi mirada es piadosa para con Florencia Peña. No he visto ni veo sus programas, no es de mi estilo. Pero creo que ella pensó que podía decir lo que pensaba, y no tenía costo alguno. Y se enteró tarde que tenía costo.
La ví un día de pasada en 6-7-8, y me dió la impresión que es crédula con respecto a ciertas cosas, que ha tenido idealizada la realidad.
Quizás no tuvo en cuenta que iba a haber represalias.
De últimas, como bien dice el posteo, es lo mismo que le sucede a cualquiera que pretender llevar a cabo cualquier reivindicación laboral.
Pero también habría que poner en la balanza que ha actuado cándidamente. Y eso, deja una enseñanza: cómo uno puede vivir engañado, creyendo que los actos no tienen consecuencias, creyendo que los poderosos no toman represalias.
Digo, está aprendiendo las reglas del juego a los tropezones.
Creo que creía que el juego, era diferente, más limpio, más sano.
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