28/8/09

Siempre juntos por el Té de Ceilán


Vivimos tiempos de mucha deshonestidad intelectual, y en algunos casos hasta brutal.
¿Cómo un senador puede admitir publicamente que no leyó el proyecto de ley, pero votará en contra?
Una diputada dice que los medios son un suprapoder que sirven para el equilibrio de la democrácia ¿desde cuándo un suprapoder, un poder que está por encima de todo, sirve de equilibrio?
Otro senador se preguntaba anoche cómo era posible que después del 28 de junio, se continuara con este rumbo.

Ayer, por la tarde, casi todos salieron a decir algo. Había que estar para recordarles, a los interesados, que saldrían a bancarlos y a defender sus negocios. La brutalidad de sus palabras sólo pueden tener eco en alguien que no pueda preguntarse: ¿ayer no cuestionaban la legalidad del congreso que arteramente introducía un baja en las retensiones, camuflada en un artículo de la ley de emergencia agropecuaria?

No se puede permitir que en nombre de la democracia se defienda la idea de no discutir la Ley de servicios de la comunicación audiovisual, justamente porque es el marco adecuado para discutirlo. Algunos legisladores, jefes de gobierno y periodistas parecen desconocer la ley que establece que un presidente es electo por cuatro años.

Si no se consigue, con este congreso o con el próximo, cambiar el decreto de 1980 que establece las reglas de la comunicación en el país, seguiremos sometidos a esta parcialidad en la información y la comunicación de la misma. La nueva ley establece diversificar los canales de comunicación en 1/3 para los privados, Estado y organizaciones No gubernamentales sin fines de lucro, con lo cual ningún gobierno, ni éste ni ningún otro, podrá hacerse de la construcción total del relato de la historia. Sin contar que dicho proyecto respeta las recomendaciones de los Organismos Internacionales sobre Libertad de expresión y derechos humanos. La libertad de expresión es patrimonio de la Humanidad, y ninguna ley o decreto puede restringirla, como en la actualidad lo hace el decreto Ley 22.285 de Radiodifusión que lleva al pie las firmas de Jorge Rafael Videl, Albano Harguindeguy, José Alfredo Martínez de Hoz, Jorge A. Fraga, Carlos W. Pastor, Juan R. Llerena Amadeo y de David R. H. de la Riva.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Que podemos hacer con estos legisladores?, no me parece correcto que por el simple hecho de ser de otro partido votar todo en contra.

Es por esto que seguimos siendo un pais poco serio en temas de educacion, seguridad, justicia, salud etc.

Si los Kirchner hacen algo bueno, tiene que quedar para los futuros gobiernos, luego, si los radicales hacen otra cosa buena, que esta quede una vez finalizado su mandato.

Eso se llama politica de estado, pero como somos tan intolerantes actuamos asi: si soy peronista no voto nada de los radicales, si soy de derecha no voto nada de la izquierda, si soy radical no voto nada de los peronistas..... asi estamos desde 1983.

SALUDOS

Gonzalo Agustin Sueiro dijo...

Anónimo, la sensatez es un bien escaso. Están haciendo batifondo unicamente por la presión de los medios. Nadie con dos dedos de frente puede preferir el decreto de la dictadura, a la ley de un congreo democrático. Además no es un proyecto del partido tal, sino que viene con mucho consenso de todos los colores políticos

Anónimo dijo...

Ahora fijate gonzalo una cosa, cuesta mas derogar un decreto de la dictadura que una ley de un gobierno democrático.... la verdad que los politicos me inflaron las p....

Saludos

Gonzalo Agustin Sueiro dijo...

si abandonamos la política, perdemos, es lo único que tenemos para que no nos traten de bobos.

Fijate que casi nadie hoy puede sostener un gobierno totalitario de facto, porque no tiene consenso social, eso es gracias a la política, pero necesitamos más ciudadanía y más democracia. Hace 30 años parecía imposible, hay que seguir trabajando

saludos

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