Ahora se acuerdan, preséntense a la justicia y devuelvan a los chicos apropiados

Goles y desaparecidos
Por: Ricardo Roa
Fuente: EDITOR GENERAL ADJUNTO DE CLARIN

La dictadura fue demasiado grave como para usarla en busca de réditos políticos. Treinta años después aún resulta escalofriante pensar en ella, recordarla. Fueron años en que los militares extendieron institucionalmente el terrorismo y convirtieron al Estado en una máquina de torturar y de matar. (...)

(...)Los Kirchner siempre han practicado fanáticamente la victimización. Ahora han dado un paso más. Al anunciar la estatización del fútbol, la Presidenta asimiló la prohibición de transmitir goles a los secuestros en la dictadura (...)nota completa

¿Cuáles son tus credenciales Roa? ¿Cómo un periodísta, que además es editor adjunto, puede decir "estatización del Futbol"? ¿Sabrá Ricardo Roa, que se terminó un contrato por la televisación, que los clubes les pertenecen a sus socios, ni siquiera a sus dirigentes?

Señalamos que nos parecía desacertada la analogía que la presidente había establecido con los desaparecidos, no porque no entendieramos qué sensación pretendía esclarecer, sino porque entendíamos que no era una expresión feliz.
Pero con qué derecho, desde los socios de la dictadura, desde los beneficiados por esa dictadura a través de distintas leyes y entregas, desde los mismos que defienden una ley de la dictadura, pretenden levantar el dedo acusador. Ahora recordaron que "extendieron institucionalmente el terrorismo y convirtieron al Estado en una máquina de torturar y de matar".

Desde 1991, el grupo oligopólico Clarín se apropió de los goles y de los partidos. Editó y puso al aire lo que quiso. Dieciocho años pasaron y toda una generación se educó creyendo que el futbol siempre fue así. Que para ver los partidos había que pagar o ir a un bar, que el telebín siempre existió, que los relatores tenían que ser egresados de la escuela de Niembro. Toda una generación que ve naturalizada la idea del cable para ver los partidos, y si no tenes para pagar la entrada a la cancha o el codificado o el bar, a mirarle la cara a la tribuna nomás. Ni hablar del que no tenía cable. La obsenidad y la soberbia con que se manejaron durante 18 años, los llevó a este lugar en el que están hoy.

Ricardo Roa, se terminó un contrato, eso fue todo. Si quiere operar, pídale a sus Jefes que se presenten a la justicia y aclaren la situación de "Marcela y Felipe"; mientras tanto siga escribiendo desde la complicidad y la sospecha, desde la empresa que no sólo se quiso apropiar del futbol.