11/6/09

Nuestro Amo juega al esclavo


Ante preguntas de Rosario/12, Carrió le pidió a Rossi que "entienda que si no puede caminar por su provincia es porque la humilló y traicionó en la Cámara de Diputados de la Nación... Cuando uno siembra la violencia, a veces cosecha violencia"

Carrió juega a ser religiosa. El Dios de Carrió es el Dios de la Ira. El Dios inquisidor que puede justificar el escarnio.
Su religiosidad es medieval, pre-moderna. Su moral es levítica, no cristiana. Ella no habla del Dios del Amor, sino del que juzga y castiga.

Por eso habla de República y Moral, no habla de democracia moderna. Defiende el poder, porque entiende que ahí están sus votantes, ya no juega a ser progresista, aunque pueda utilizar el nombre. Es la representante del poder conservador liberal. Dios - Patria - Tradición.

2 comentarios:

Goliardo dijo...

Es verdad el carácter conservador de lilita. Es como un dirigente de principios de siglo. Es liberal, pero conservadora y católica. Su fundamento de la moral es de carácter “imperativo” tipo Kant. La ley se representa racionalmente y se accede a través de las categorías, aunque la libertad es incognoscible, es un postulado de esta razón práctica. Es de carácter universal y por ende es igual en todos. El que no accede a esta racionalidad no ha entrado en la mayoría de edad de la ilustración. El carácter de progreso es latente. Esta mina se quedó en Kant, con la moralidad Kantiana. Es verdad que habla de republica y moral, y que no habla de democracia. Le falta la crítica de Hegel a la revolución francesa. Si la revolución tuvo una etapa de terror fundamentada en el “deber ser” (un universal sin mediación con lo particular -diría un Hegel), ahora viene una etapa de terror en donde el oficialismo viene a ser una especie de antigua régimen que hay que derribar. el escrache agrogarca es como una política de terror (lamento decir esto, tengo mucha simpatía por el jacobinismo de origen rousseauneano), y la idea es hacer figurar a Nestor como un monarca y a Cristina como una Maria Antonieta.

Anónimo dijo...

Cuando uno siembra violencia, cosecha violencia. Sólo le falta un pequeño detalle: demostrar que el gobierno siembra violencia.

Su problema es que el gobierno sembró medidas políticas, económicas, fiscales, como se las quiera llamar. No violencia. Violencia sembraron sus amigos, en respuesta a las medidas del gobierno.

Salvo, claro, que uno quiera demostrar la violencia a través de UNA trompada de UN tipo a otro que lo provocaba y lo insultaba.

Y se olvide de la pateadura que le dieron, delante de Alfredito, al pobre infeliz que los enfrentó en la tribuna de Gualeguaychú. Y se olvide del tipo al que le quemaron el auto en Olavarría. Y se olvide de los dos tipos que murieron por los cortes. Y se olvide de las armas que tenían los que cortaban, también en Gualeguaychú. Y se olvide...

Marcelo

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