El fallo de la corte y la paupérrima lectura del grupo.

No descubrimos la pólvora, pero el diario de Noble ya no sabe como leer las noticias. La semana pasada CFK se reunió con los presidentes de EE UU, China y Rusia quien visitó el país por primera vez en la historia. Sin embargo seguimos fuera del mundo para "los pensadores" de la redacción de Clarín.

Ayer, la corte internacional de la Haya como tribunal orgánico de la devaluada ONU, falló en favor de los reclamos del estado argentino. Uruguay incumplió el tratado del río de 1975. Sentando un precedente importante para futuros reclamos por posibles efectos contaminantes de la planta de celulosa que, en esta ocasión, no halló pruebas suficientes.

Sin embargo, Van der Kooy hoy sale a decir: "Una derrota del gobierno". En su portada, lee el falló como un aval a Botnia. La corte no avaló la planta de celulosa, sino que optó por no pronunciarse, dejando el campo libre para la negociación política, reafirmando el derecho de nuestro país para decidir sobre la utilización del río según los acuerdos bilaterales.

El falló tampoco se expresa sobre el corte que la asamblea de Gualeguaychú lleva adelante, sin embargo Eduardo Van der Kooy recarga su pluma sobre los aspectos donde la corte no se expidió y lanza sus conjeturas, minimizando el hecho que tensó las posiciones de Néstor Kirchner y Tabaré Vázquez con respecto a las violaciones del tratado del Río Uruguay. El ex mandatario uruguayo sostenía que no se había violado el tratado.

Para que Botnia pueda llevar adelante la construcción del puerto, o la instalación de una nueva pastera, o cualquier cosa que Botnia quiera construir, deberá contar con el aval del estado argentino. Otro dato que omite el periodista es la pronunciación de la Haya sobre el órgano que controle el impacto ambiental de la planta, que deberá estar conformado por los dos estado, preservando siempre el medio ambiente.

Frente a la inminente revelación de la identidad de Felipe y Marcela, frente a la postulación de las Abuelas de Plaza de Mayo al Nobel de la paz, Clarín ¿habrá decidido quemar las naves?