2/7/09

Y ahora tiro porque me toca...

Ahora, algunos, hablan de un gobierno "grogui". Antes no, pero ahora, algunos, hablan de "boxeo". Las metáforas fáciles son las que más le llega a la tribuna. Pero vamos a recoger el guante.

Plantear una disputa política desde un mero asalto de pugilato me parece pueril. Los adictos a la épica absurda, a una retórica mordaz y berreta, ahora, antes no, empiezan a desmarcarse. Hablan de un gobierno "herido".

Vale recordar que luego de obtener el revés en el congreso, el 17 de julio de 2008, vino la recuperación de Aerolíneas Argentinas, la recuperación de los fondos previsionales, el Fin de las AFJP, una de las mayores estafas sufridas por el pueblo argentino. Cuando algunos se preguntaban como seguir, otros ya habían tomado medidas.

Cuando los resultados electorales, todavía de fiesta para algunos, señalan el "acabose", otros ya están tomando medidas.
Nadie ha podido predecir la capacidad de reinventarse en el gobierno, de ir hacia adelante, tanto de Néstor kirchner como de Cristina Fernández. Por eso algunos, ya subidos al gomón pero con la vista atenta a la reacción de los famosos "K", hablan de "grogui".

No veo un gobierno "atontado" o "momentáneamente aturdido". Si creo que ya estan pensando como seguir, como continuar, cómo recomponer la relación con el electorado, sin perder la iniciativa, sin que le marquen la agenda, saliendo hacia adelante siempre.

Para los que gustan de las metáforas berretas, y para algunos que, ahora, antes no, hablan de "grogui", "Jab", "Cross", "Uppercut", me gustaría recordarles la famosa pelea de 1974 entre Muhammad Alí vs George Foreman.

Alí volví de la proscripción, de la pérdida del título del mundo por negarse a pelear en Vietnam. Ya había perdido un primer intento contra Joe Frazier, pero la revancha le llegaría el 25 de septiembre de 1974 en Kenia.

Para los mejores analistas, para toda la prensa del mundo, era el final del gran Alí. Los únicos que lo alentaban, eran esos desposeídos kenianos que lo perseguían a todos lados. Foreman tenía 25 años y estaba en pleno ascenso, Muhammad 32.
La estrategía de Alí fue sencilla: Aguantar, y salir pegando. Durante ocho round, Foreman golpeó sin éxito el cuerpo de Alí, que para enfurecer a su rival, luego de cada paliza, salía bailando y golpendo. Durante ocho asaltos Muhammad, manejo el tiempo, el aire y los golpes. Y salió por todo, siete golpes consecutivos a la cabeza terminaron con el temible y favorito George Foreman. Pudieron ser ocho, como dijera después Norman Mailer, ese octavo golpe hubiese arruinado la caída.

No creo que la política pueda compararse con un mero asalto de pugilato. Esa épica es falsa, porque sólo es individual, y la política necesita una épica colectiva. Plantear todo en términos de vencedores vencidos, reduce el problema a nada.
Seguramente, durante algunas semanas más, algunos, ahora, antes no, seguirán jugando con las metáforas débiles, pero pienso que no tardarán en sorprenderse cuando alguna medida, que para algunos siempre será un manotazo de ahogado, venga a reforzar esa idea donde la única construcción posible es ir por más.

1 comentario:

ElOtroCampo dijo...

ahora si que vamos como alí: a por todo, carajo!!!saludos!

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