Entonces, a quién le corresponde la banca que ocupa

Leyendo un post del cumpa Goliardo sobre "el tractatus de cabanchik", nos fuimos al link de la página del senador. En ella lo mejor son los comentarios. Allí los simpatizantes de la ex Coalición Cívica (C.C.), devenida en Acuerdo Cívico y Social (ACyS), que no llegó a los tres años de institucionalidad, apenas el período que va de una elección a otra, cuestionan la ruptura del filósofo, y con buen tino su crítica al personalismo formando un monobloque.

Lo que es llamativo es el pedido, no formal pero si como espíritu de los simpatizantes, para que Cabanchik les "devuelva" la banca que consiguió con los votos de la C.C. Los fuertes rumores que lo vinculan con el ConFe, desmentidos como campaña mediática por el senador, acrecientan las voces de renuncia. A diferencia de los simpatizantes de la ex C.C, concuerdo en que la banca no le pertenece al elegido sino a los electores y por lo tanto a la fuerza por la que fueron convocados, y creo que el profesor de "Fundamentos de la filosofía" de la UBA debería renunciar a su banca y presentarse en las próximas elecciones. Lo mismo que debería hacer el vicepresidente opositor, y caso único en la historia política; los legisladores que asumieron un compromiso, y por disitintos motivos decidieron alejarse de la fuerza que los llevó hasta allí. Los cargos por los que son electos no les da derecho alguno, hablando de ética, de adueñarse del lugar que ocupan. Y como señalaba, a diferencia de los simpatizantes de la ex C.C., creo que esto es así en todos los casos, sino hablaríamos de una doble normalización según sea el caso.

No responde mi opinión a una purga "stalinista", sino a que no se puede reclamar seguridad para los empresarios, para los inversores, para todos, menos para los ciudadanos que votamos. Si alguien decide cambiar de rumbo, esta en su derecho de hacerlo, pero no puede arrogarse para sí, la banca o el lugar que consiguió a través de una estructura partidaria.