No estuve esta semana y dejé programadas algunas entradas para que por lo menos se matuviera el blog actualizado; tuve unos días de descanso. El desenchufarse un rato siempre viene bien. Sin tele, radio o diarios; un poco de poesía para pensar en otra cosa. Olvide apagar el celular, y me llegó un sms avisandome la muerte de Nicolás Casullo, que fue una tristeza y una pérdida. Y cuando regreso, siguen con este deseo de incorporarnos a la crisis.
Los análisis de la crisis financiera siguen en el mismo tono. Cuánta gente que quiere que volvamos a los escenarios de 2001 y 2002. Es sorprendente escuchar que se pretende un dolar a 3.80 y por otro lado, hablar de hambre cero, de los niños y los viejos que no comen, sin solución de continuidad, sin que la cara se les caiga a pedazos. Después leo en Página 12, que el FMI propone más intervención del estado. Y ya no sólo se pide el salvataje de Bancos, empresas, sino que se reclama ayuda para las bolsas financieras. Desde el Estado genocida del Norte, se llama a los paises emergentes a "colaborar" con las reservas que se acumularon, ahora que las cosas no les salen bien a los paises industrializados del G - 8.
Tengo la sensación que si se hiciera una encuesta, muchos estarían de acuerdo en que la crisis hay que socializarla, y distribuir las pérdidas.
Si un laburante, consigue ponerse un kiosco, un video club, un parripollo, una cancha de paddle, pensando que le va a ir bien y se salvará de las penurias, buscando "progresar", a nadie se le ocurre darle un subsidio para que no se funda. Los trabajadores de ZANON todavía luchan para mantener su fábrica y no perder la fuente de trabajo, sin embargo y a pesar de mantenerla en funcionamiento, sigue luchando para que no se las quiten.
Es indignante escuchar a tantos tilingos hablar de la caida de la bolsa, del malestar de la city, de la desconfianza de los inversores, del riesgo país, cuando a casi nadie le importa la suerte de los trabajadores reales, los que producen y generan trabajo genuino, los que laburan para mantener a sus familias y no para comprarse una 4x4, mandar a sus hijos a estudiar al exterior, y vivir del arrendamiento. Sin embargo hay que salvar a los que vivieron de nuestras costillas y sudores, hay que salvar al capital, "al sistema de vida occidental y cristiano", y los platos de la fiesta lo pagamos los trabajadores, acá, en Alemania, en Estados Hundidos, en Islandia o Francia, siempre el culo nos duele a nosotros.
A cuántos trabajadores, hambreados, desocupados afectará esta crisis parece no importarle a nadie, no sólo en Argentina. La guita se la llevan los mismos de siempre. Estos crímenes no los pagaran, porque para eso son parte del poder.
Si no puden o no saben mantener sus fábricas, bancos, empresas, campos, entreguensela a los laburantes y váyanse a cagar, no tenemos por qué compartir su inutilidad y soberbia.
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