25/8/10

El Huevo de la Serpiente



¿Cuál es el peso de la palabra del verdugo? La víctima es acusada de formar parte de una operación. Ella, la torturada, miente. El verdugo no.

Terminada la conferencia, en la que se presentó el informe "Papel Prensa, la verdad", el cual fue remitido a la justicia, y tras el anuncio del envió del proyecto de ley al congreso; las cámaras del multimedio esperaron la palabra del grupo A, pero nadie bajo. El cronista enviado, solo, transmitía su desconcierto. El canal de noticias tuvo que recurrir a la palabra de Ricardo Roa y de Ignacio López como voceros de Clarín y La Nación.

La estrategia es mostrar a la víctima como parte de una operación, y dejar discurrir en la imaginación del lector y el televidente, la idea del soborno. Ahora hablan porque les pagaron. Antes no.

El argumento es el tiempo. Cinco meses antes del secuestro de todo el grupo Graiver, la empresa Papel Prensa fue vendida a Fapel SA, que diez días después realiza el traspaso de las acciones a los diarios Clarín, La Nación y la Razón (hoy en manos del grupo Clarín) El último papel que firma la viuda justamente se realiza semanas antes de su secuestro.

¿Por qué el grupo Graiver sólo mal vendió Papel Prensa, y las demás empresas -más de treinta- ninguna fue mal vendida y todas, salvo Papel Prensa, quedaron en manos de la dictadura militar que expropio los bienes del grupo?

¿Si gozaban de la libertad para poder vender un bien propio, por qué no utilizarla para vender las demás? ¿Fueron tan perverso y tan tontos a la vez, que mal vendiero una empresa por la que nunca cobraron el total, y esperaron a que todos los bienes se los expropiaran?

El tiempo y el espacio no ayudan a cubrir los blancos que deja la historia que prensenta Clarín sobre los hechos.

La investigación se encuentra en manos de la justicia ordinaria (no un tribunal de guerra sin derecho a defensa como tuvieron los integrantes del grupo Graiver). Esta determinará si se cometió el delito que se le imputa a Clarín y La Nación, y las responsabilidades de las personas que participaron.

Resulta difícil creer que la justicia sostenga el mismo argumento que Clarín. La víctima miente.
Los daños materiales ocasionados por la dictadura cívico-militar ya fueron pagados por el Estado. Pero existen otros daños no pagados a la justicia, de esos pretenden escapar.

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