Periodismo Berreta y Petero

Casi una semana me costó volver. La tristeza pudo más esta vez. Creo que me salvó haber desconectado todo automáticamente, aunque uno por vivir en el mundo no puede dejar de enterarse. Decía que la tristeza pudo más, porque me agarré la gripe ni bien terminó el partido. Sé que parece exagerado, pero empecé a tocer, mocos, flemas de esas que no sabés si se te está saliendo un pedazo del pulmón, fue instantaneo. Uno en el trabajo me cargaba - "te bajaron las defensas, pasa"- y yo que no quería que me hablaran de fútbol.

Ayer, gracias al paracetamol y el jarabe deje de pertenecer al grupo de los "apestados"- ¿vos no tendrás la gripe A? ¿Te diste la vacuna?- y la gente se me acercaba para hablarme, curiosamente, de fútbol. De Verón, que maradona no sabe nada, que mirá como juegan los gallegos, el primer equipo fuerte nos sacaron a patadas. Otamendi no tendría que haber jugado, me llegó a decir un hincha de Velez.

¿Dónde estaban lo que pedían a Verón, que no lo defendieron ni un poquito cuando lo acusaban de traidor contra los ingleses?

¿Dónde están los que hablaban maravillas de la selección después de ganar cuatro partidos consecutivos?

¿Donde están los que nos decían que hacía veinte años que argentina no ganaba un partido de segunda fase en los noventa minutos?

¿Dónde están los que hablan, ahora, de cuidar la pelota, cuando decían que a los alemanes había que atacarlos?

Qué lindo que es, no ser veleta ni traidor.

Qué lindo es bancar a Maradona, llorar con Diego. Es algo único, sólo me pasó con él. Lloré en el 90' y en el 94', también casi rompo una puerta cuando le clavó el gol a los griegos. En el 2006 quedamos afuera y no lloré. En esté no sólo lloré, lo acompañe con todo el cuerpo.


Síganla mamando "lección de fútbol", ustedes la tendrán de por vida adentro!