9/7/10

Aceptar las Diferencias



"Debemos pasar de un modelo de conflicto a un modelo de convivencia armoniosa, respetando las diferencias. Para ello es fundamental el diálogo que posibilite una acción mancomunada a favor del bien común. Sólo el diálogo hará posible concretar acuerdos para proyectar el futuro del país", aseveró Villalba durante la ceremonia que se desarrolló en Tucumán.

¿Qué significa respetar las diferencias y llamar a la convivencia armoniosa, si se está encontra de la igualdad de derechos?
La comunidad de LGBT no está solicitando que por ley se los acepte en la comunidad religiosa, se pide la igualdad de derechos civiles.

Por otro lado y en el mismo texto se cita: "La unión en pareja de personas del mismo sexo es naturalmente distinta a la unión de una pareja heterosexual a la que llamamos matrimonio. A realidades distintas corresponden en justicia denominaciones distintas, para no dar lugar a una apropiación indebida del concepto de matrimonio"

Qué pasa si, por reductio ad absurdum, en honor a la "Justicia" de la diferencia, consideramos que hay personas que son muy distintas a nosotros y por ello no deben ser "denominadas" personas. ¿La convivencia armoniosa, respetando la diferencia, es una cuestión de denominación?

¿Debemos seguir llamando "Familia" a la convivencia de una pareja con sus hijos? o ¿sólo es aplicable a un modelo de parentescos donde todo el árbol genealógico vive en clanes?

Este discurso de algunos integrantes de la iglesia católica, realiza una "apropiación indebida" de la palabra "inclusión social". Confunde inclusión con tolerancia, aceptar las diferencias no es tolerarlas. La tolerancia es parte de la convivencia pero no su aceptación. Es una forma negativa de la aceptación ya que no acepta al otro, sólo convive con él aunque no lo aprueba.

El 14 de Julio nuestros legisladores deben honrar lo que juraron. La Constitución Nacional incluye la declaración universal de los derechos humanos según el Art. 75, inciso 22. Sus artículos número uno y dos dicen:
Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros.

Toda persona tiene los derechos y libertades proclamados en esta Declaración, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición. Además, no se hará distinción alguna fundada en la condición política, jurídica o internacional del país o territorio de cuya jurisdicción dependa una persona, tanto si se trata de un país independiente, como de un territorio bajo administración fiduciaria, no autónomo o sometido a cualquier otra limitación de soberanía.

Soy heterosexual, argentino, mayor de edad y conformo una familia, y apoyo la ley de matrimonio igualitario. Sí al Amor Divino, No a la Guerra Santa.

1 comentario:

Sergio dijo...

Me sumo a su consigna compañera...SI AL AMOR DIVINO!!

La invito a pasar...saludos!

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