El personaje de Melville quedó en la historia de la literatura por su famosa frase "preferiría no hacerlo".
Ayer releía este cuento de Melville "Bartleby, el escribiente" y escuche en la radio que la oposición evaluaría no presentarse en la sesión del primero de marzo, que como parte de la institucionalidad, inaugura las sesiones año a año el presidente de la nación.
No pude no relacionar este comentario radial con lo que estaba leyendo, y pensaba en ese NO a todo, que expresa una y otra vez Bartleby ante cualquier hecho que pueda vincularlo con el mundo. Lleva al extremo el NO cuando decide dejar de comer y muere.
Cómo es posible creer en quienes se autodenominan como una opción de cambio, si hasta la fecha su postura está más cerca del escribiente de Melville que de quien pretende conducir los destinos de la nación.
Tal vez se haga carne la palabra "oposición" en quienes quieren representar dicho espacio, y de manera literal entiendan que la verdadera oposición es la del NO a todo. Porque resulta llamativo que se opongan a medidas y normas que también pueden beneficiarlos en el futuro. El Kirchnerismo no va a gobernar toda la vida, con lo cual la posibilidad de competir por un recambio no es muy descabellado, pero oponerse a todo puede llevarlos a dejarlos sin salida posible.
El narrador creado por el autor nos cuenta que exisitía un rumor sobre el pasado de Bartleby. Éste había trabajado en el correo, en la sección de "cartas muertas" y había sido trasladado por una cuestión política, es entonces cuando se permite pensar: ¡Cartas muertas! ¿No suena como Hombres muertos? Imagínese a un hombre que por naturaleza y mala fortuna es propenso a una pálida desesperanza; ¿hay una tarea más adecuada para acrecentar esa desesperanza que manejar continuamente esas cartas muertas y prepararlas para las llamas?
Quienes desempeñan la tarea irrefrenable de oponerse a todo y diagnosticar, sin miramiento, el acabose; ¿cómo podrán revertir esa situación que durante años hicieron carne y parte de su pensamiento?¿Cómo construir la esperanza desde un discurso donde todo, absolutamente todo, está mal?
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