8/8/08

A cada Chancho le llega su San Martín!!

Uno podría decir, o verse tentado a gritar: y llora, y llora, y llora Bussi llora. Las lágrimas de Bussi no conmueven, indignan. El martes pasado comenzó el juicio a Antonio D. Bussi y Luciano B. Menéndez. Después de verse interrumpido los alegatos por la indisposición del represor Bussi, hoy se terminó su lectura. Seguida a ella tomaron la palabra ambos represores. Menéndez repitió su declaración del juicio de Córdoba y su negativa a reconocer la justicia democrática. Por otro parte, Bussi declaró. Lloró, y contestó las preguntas del fiscal.

No me llamó la atención la teoría de “estado de guerra” que sostienen los represores, y muchos civiles, pero me voy a detener en las lágrimas de Bussi. No suscribo a la teoría de las lágrimas de cocodrilo, el llanto del represor fue real. Ese hombre fuerte que mientras tuvo el amparo de muchos cómplices se mostraba con el ceño adusto, con voz firme y una pseudo-valentía, hoy se ve doblegado por la enfermedad, los años y el brazo de la justicia que tardó 32 años pero le llegó al fin. Hoy debe sentirse atacado, violado, y vulnerado por una justicia en democracia que se sabe condenatoria ante la irrefutabilidad de las pruebas. Se da por condenado, esas son sus lágrimas, las del que ya no goza del amparo del poder militar, político, mediático y civil.

El llanto entrecortado del represor se sabe solo, impotente y enfermo. Muchos amigos, cómplices y hasta lamebotas hoy no están a su lado como otrora sucediera, hoy son pocos los que sostienen en público, como la Sra. Pando, a voz en cuello la legitimidad de los asesinatos cometidos por la última Dictadura militar, y eso duele. La deslealtad siempre duele, por eso sus lágrimas no fueron fingidas a mí entender.


El periodista Hernán López Echagüe criticó a Morales Sola cuando éste publicó, luego de la detención de la “bailarina de Flamenco”, una nota en la que buscó contextualizar los hechos ocurridos en el país de 1976 – 1983 - “El contexto de 1976 no era el de hoy. Aún las personas que luego formarían la trágica saga de desaparecidos, en aquel año no eran consideradas como tales por ningún argentino que no estuviera en el corazón del poder militar” - denunciando su complicidad y conocimento del terror en Tucumán por aquellos años. En su defensa el periodista de La Nación dijo:

“En 1976 yo estaba en Buenos Aires y no en Tucumán. Y nunca hablé con Bussi, bajo ninguna circunstancia, cuando estaba en Tucumán”




La dictadura necesitó del poder cívico - militar para actuar como ya sabemos, pero además necesitó de la complicidad de los medios de comunicación para transmitir sus actos y su proyecto de país. Ya no quedan dudas sobre ésto. Por eso es fundamental una Ley de Radiodifusión que represente a la democracia, que controle y regule la actuación de los medios, y de sus integrantes. Debe existir un marco legal, en el cual no se puedan amparar en el desconocimiento aquellos que actúan a favor de intereses que perjudican al País y a su población. No basta con la condena social, es necesaria una responsabilidad sobre lo que informan y publican.


las fotos sobre Morales Sola pertenecer a diariosobrediarios

2 comentarios:

Anónimo dijo...

bien, bien, bien, me gusta tu blog, sigo atenta a tus post. voy a leer Silenciero, gracias por la recomendación!

Goliardo dijo...

Pablo Lonto comenta en su biografia de Ernestina de noble, que sola comenzo a trabajar en clarin, recomendado por l DICTADURA. DEBIDO A LA BUENA RELACION QUE TENIA CON LOS REPRESORES DEL INTERIOR. EN ESPECIAL CON bUSSI.

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