7/6/08

La leche derramada, ¿será vengada?




“Quien gobierne podrá contar, siempre, con la cobardía incondicional de los argentinos”।
El Farmer, Andrés Rivera


Cuando descubrí la foto en pagina 12, la primer imagen que tuve fue la de mi madre diciéndome que la comida no se tira. Y me pregunte, ¿por qué no se puede tirar la comida? ¿Es un delito tirar comida?
Ahora, quemar dinero si es un delito, y recordé la novela de Ricardo Piglia, “Plata Quemada” – sólo lo más valioso merece ser sacrificado – rememore la indignación de los que pedían venganza al ver el dinero encendido volando por la ventana del departamento.

Desde hace algunos meses asistimos, como espectadores de lujo, a la repetición del acto de tirar leche, carne, granos, frutas, verduras; toneladas de ella. Cantidades que alcanzarían para alimentar a los que no tienen nada, a los que poco tienen. Y creí que algo podría ocurrir.
No hacía tres días, se había realizado en España una reunión de mandatarios en la que se observaba la problemática del aumento de precios de los alimentos, focalizando el problema en el ingreso de vastos sectores de la población mundial que venían a engrosar las filas de los que nada o poco tienen. Qué paradójico unir las dos fotos.

Tal vez no sea un problema de Derecho y sí de la Axiología. Qué ejemplos establece la sociedad para las relaciones entre personas. Qué valores pueden existir en una sociedad que se declara sorda por propia voluntad.

Entonces me digo: ¿Si el dólar mantiene su cotización descendente, los operadores bursátiles harán una pira de divisas en corrientes y reconquista, abnegando de humo al campo como forma de protesta?
Por ahora, el tan – tan – tan hueco de las cacerolas enlozadas se mantiene mudo frente al acto de arrojar comida en la vera de las rutas. Y tal vez sólo vuelvan a sonar cuando se hable de dinero. ¿Pero en esta discusión nacional de qué se habla?

Al releerlo, me surge una pregunta: ¿Qué pensaran las madres de los que tiran comida?

1 comentario:

el fantasma de la libertad dijo...

Mi madre es un poco oficialista; tal vez había un epígrafe en esa foto, según la leí en diario de gran circulación, que explicaba que esa leche derramada estaba en mal estado por el corte de rutas.

Los cacerolazos tuvieron la hondura social de las canciones de Palito Ortega (o Bombita Rodriguez, si se prefiere), aunque habría que ver si el contexto de estos cacerolazos frívolos es mucho más inteligente y preparado.

Cordiales saludos!

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