14/11/10

No es Dios, estupido, es la Política.


Qué injuria habrán cometido los haitianos para ser castigados con tanta fuerza. Hambruna, terremotos, hurcanes, pestes.

Con una superficie total once veces más chica que la provincia de Buenos Aires, Haití es un símbolo económico y político de los daños del imperio. Negros, pobres, esclavizados, excluidos, analfabetos, desocupados, hambreados, violados en todos sus derechos y en todos sus sentidos. Eso es Haití, un lugar olvidado por los hombres y por Dios. ¿Dónde están las ONG que en medio de la catastrofe aprovecharon para robarse a los niños?

Cuando observamos Haití con horror y espanto, mirando al cielo y preguntándonos por qué, nos olvidamos que enfrente está Cuba, su reverso en una misma geografía. Haití y Cuba, la diferencia es la POLÍTICA.

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